Liderando una coalición de izquierda que reemplaza a los tradicionales bloques políticos que han gobernado el país desde el retorno a la democracia en 1990, Boric defendió el respeto a los derechos humanos, apoyó el trabajo de la Convención Constitucional a cargo de proponer una nueva Carta Magna y se refirió a los desafíos que tiene el país de cara a los próximos cuatro años que durará su mandato.
Entre ellos, la crisis migratoria que existe en el norte del país, el conflicto con los pueblos originarios en el sur de Chile, la desigualdad social, la delincuencia, la violencia contra las mujeres y las «disidencias», entre otros.
Con 36 años, el presidente más joven de la historia de la nación asume el poder con una ambiciosa agenda de cambios que incluye reformas al sistema de pensiones, al tributario y de salud.
La Costitucion. En este primer año de gobierno nos hemos impuesto como tarea acompañar de manera entusiasta nuestro proceso constituyente por el que tanto hemos luchado. Vamos a apoyar decididamente el trabajo de la Convención. Necesitamos una Constitución que nos una, que sintamos como propia.
Crisis migratoria. «Sabemos también compatriotas que enfrentaremos grandes desafíos en el norte y en el sur. En el norte por la crisis migratoria donde vamos a retomar el control de nuestras fronteras y trabajaremos junto a nuestros países hermanos para abordar de manera colectiva las dificultades que conlleva el éxodo de miles de seres humanos.
Desafio en el sur. «Quiero decir de que en el sur tenemos un problema. El conflicto que no es… antes se hablaba de la pacificación de la Araucanía, qué termino más burdo e injusto. Después algunos decían el conflicto mapuche. No señores, no es el conflicto mapuche. Es el conflicto entre el Estado chileno y un pueblo que tiene derecho a existir.