La Fiscalía de Estados Unidos ha notificado en las últimas semanas al equipo legal del expresidente Donald Trump sobre la investigación en curso relacionada con el manejo de información clasificada después de que dejara la presidencia del país, según medios.
Esta notificación, de la que se desconoce una fecha exacta de la entrega a Trump, tiene como objetivo avisar al investigado de que se enfrenta a la posibilidad de una acusación, según fuentes consultadas por la cadena de televisión ABC.
La notificación generalmente abre la puerta a los abogados defensores que solicitan una reunión con los fiscales para ofrecer su versión de los hechos. Así, este lunes tres abogados de Trump se reunieron durante casi dos horas con el fiscal especial Jack Smith y otras personas en el Departamento de Justicia. Para los abogados del investigado, este encuentro fue descrito como un esfuerzo final para evitar cargos y alertar sobre lo que creen que es una mala conducta en la investigación del fiscal.
El periódico ‘The New York Times’ contactó directamente a Trump para preguntarle si le habían dicho que lo acusarían, a lo que respondió que «no era cierto». Al ser preguntado si le habían dicho que era objeto de una investigación federal, no respondió directamente, diciendo que «tiene que entender» que no estaba en contacto directo con los fiscales.
Trump ha negado repetidamente haber actuado mal y argumenta que sus enemigos lo están señalando. «No he hecho NADA malo, pero he asumido durante años que soy un objetivo de los armificados Departamento de Justicia y FBI», indicó el expresidente en sus redes sociales poco después de que el citado diario se pusiese en contacto con él.
Las autoridades estadounidenses descubrieron que Trump tenía más de 300 documentos con marcas clasificadas en su residencia de Mar-a-Lago, Florida. La mayor parte de la investigación de documentos ha sido realizada por un gran jurado de Washington, que ha escuchado a numerosos testigos en los últimos meses, incluidos algunos de los asesores de la Casa Blanca de Trump, algunos trabajadores de Mar-a-Lago y más de 20 miembros de su equipo de seguridad del servicio secreto.