El panorama político en 2025 se caracteriza por la continuidad del gobierno de Nicolás Maduro, pero con creciente presión nacional e internacional para avanzar hacia elecciones transparentes y reformas democráticas. Las divisiones dentro de la oposición persisten, dificultando la consolidación de una estrategia unificada para enfrentar al oficialismo.
Un eventual diálogo inclusivo podría definir un camino hacia la estabilidad, pero el estancamiento o un aumento en la conflictividad social también son posibles, dependiendo de la capacidad de las partes para negociar soluciones.
En 2025, Venezuela podría evolucionar hacia tres posibles escenarios:
1- Escalada de tensiones: Mayor conflictividad social y política ante la falta de soluciones concretas.
2- Estancamiento prolongado: Continuación de la crisis con mejoras superficiales y desiguales.
3- Reformas graduales: Avances económicos y políticos lentos pero sostenidos, impulsados por acuerdos internos y apoyo internacional.
Que Dios ponga su mano piadosa sobre los venezolanos.