Nueva York – Relajado y sin mucho esfuerzo, el intérprete urbano Bad Bunny supo dejar establecido en el primero de sus dos conciertos en el Yankee Stadium el frenesí que provoca su presencia ante una multitud que lo espera con ansias y devoción.
La euforia que desata su paso por el escenario resultó evidente en la noche del sábado en un público que lo aclamaba con insistencia durante las pausas a oscuras entre las canciones, dinámica que el artista pareció disfrutar, en especial, cuando a propósito, permanecía silencioso en la penumbra escuchando cómo llamaban su nombre.
“¡Benito! ¡Benito! ¡Benito!” era la consigna para una multitud que congregó en el emblemático recinto de Nueva York a fanáticos de numerosas nacionalidades: Colombia, República Dominicana, Canadá, México, España, Reino Unido y su natal Puerto Rico, entre tantos países.
Vestido de blanco, el protagonista de la velada apareció a las 9:00 de la noche con el tema Moscow Mule, para encender la fiesta que duraría tres horas como parte de su World’s Hottest Tour. Con inmediatez, la euforia se apoderó del espacio con capacidad para cerca de 54,000 personas, destinado a eventos deportivos, y donde Bad Bunny, con sus shows, se convirtió en el primer intérprete latino en presentarse en lo que va de año.