El presidente del Salvador, Nayib Bukele, defendió el pasado martes las medidas aprobadas por la Asamblea legislativa destinadas a sancionar a los medios y periodistas que reproduzcan mensajes de las llamadas maras.
Las polémicas reformas, también incluyen la prohibición de grafitis alusivos a las pandillas y la incautación y uso posterior de bienes y armas para combatirlas.
Nayib Bukele, además amenazó con dejar morir de hambre a los pandilleros presos si en la calle sus grupos comienzan a «vengarse» por el régimen de excepción declarado tras una escalada de asesinatos que ya ha cobrado más de 80 víctimas mortales y ha provocado la detención de más de 6.000 pandilleros, según el gobierno.
«Y no me importa lo que digan los organismos internacionales», «Que vengan a llevarse a estos pandilleros si tanto los quieren. Se los entregamos todos, al dos por uno».
El presidente salvadoreño también ha solicitado la construcción de un nuevo centro penitenciario de máxima seguridad para 20.000 presos, que se convertiría en el más grande del país.
Bukele, no detalló en qué lugar se construiría ni cuándo estaría listo.
Algunos sectores de la oposición salvadoreña y diversas ONG han criticado al mandatario, y creen que sus medidas son exageradas.